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May 2, 2025

Las empresas dicen adiós al control horario cerrado

Las empresas dicen adiós al control horario cerrado

Hace años, yo mismo era de los que defendía –a capa y espada– sistemas de control horario cerrados, de esos que venían “en caja”, con una guía de usuario tocha y un soporte técnico que te respondía en dos días (con suerte). Creíamos que encajar el reloj en la puerta de la oficina y pedirle a cada persona que pusiera el dedo o la tarjeta solucionaba todos los problemas de presencia y registro. Hoy, viendo hacia atrás, solo pienso: “¡Qué ingenuos fuimos!”

¿Por qué las empresas están abandonando los sistemas cerrados?

Los tiempos han cambiado y con ellos lo han hecho los equipos, la tecnología y, sobre todo, las necesidades de RRHH y TI. Las excusas típicas del tipo “esto siempre ha funcionado así” ya no valen cuando:

  • La plantilla es híbrida o 100% remota
  • Empiezas a gestionar filiales, proyectos internacionales y horarios a medida
  • Necesitas saber en tiempo real qué pasa… sin irte a Excel a las 8 de la noche
  • Quieren integración con tu Active Directory, ERP, CRM o sistemas de acceso SSO
  • Cada año hay una reforma laboral nueva (y alguna inspección sorpresa)
Lo que más falla con las soluciones cerradas es su incapacidad para adaptarse a nuestro lenguaje actual de trabajo. Cambias una política de teletrabajo y, de repente, tienes una crisis interna solo porque tu sistema no sabe lo que es una jornada flexible.

El entorno normativo: ¿qué exige la ley realmente?

El Estatuto de los Trabajadores deja claro –y quien diga lo contrario, está vendiendo humo– que el registro de jornada debe ser diario y recoger el horario concreto de entrada y salida. No vale solo fichar la jornada “global” y rellenar lo demás a mano. Según el Real Decreto-ley 8/2019, cualquier alteración o falta de trazabilidad puede suponer sanciones desde 626 a 6.250 euros (y en casos reincidentes, aún más). Más info en este análisis de la reforma.

El gran problema aquí es la trazabilidad: sistemas cerrados permiten –con muchísima facilidad– manipular registros o, directamente, perderlos ante cualquier incidencia. Y cuidado: si alguna vez has intentado luego reconstruir “a mano” un calendario anual, sabrás que es misión imposible.

El Ministerio de Trabajo, las sanciones y las ayudas a micropymes

El Ministerio de Trabajo está tensando la cuerda: no solo exige el registro correcto, también impulsa ayudas para la digitalización en sectores vulnerables. Pero ojo, las ayudas solo valen si, después, eres capaz de defender la trazabilidad y la adaptación técnica del sistema (algo que, insisto, muy pocos softwares cerrados logran).

Ejemplo real: Las excusas de siempre… ¿te suenan?

  • "Total, ¿para qué voy a cambiar algo que funciona?"
  • "Eso del fichaje remoto lo dejo para las grandes, yo tengo cuatro empleados"
  • "Lo que no quiero es complicarme la vida con IT, que me dejen en paz"
  • "¿Otra vez tengo que adaptar los turnos porque Madrid decide teletrabajar jueves y viernes?"

He vivido, y sigo escuchando estas frases semana sí y semana también. Pero la verdad es simple: si tu sistema no te ayuda a sumar, está restando. Y si no se integra ni responde al cambio, antes o después será un problema más que una solución.

Las limitaciones evidentes del control horario cerrado

No escalan. No se integran. No gestionan casos reales.

  • Falta de integración: ¿Quieren exportar los datos para cuadre de nómina? Buena suerte. ¿Quieres aplicar una política mixta de entradas y salidas en remoto y oficina? Toca parchear manualmente. La integración con SSO, ERPs o CRMs… ni está ni se la espera.
  • Flexibilidad nula: Los modelos “cerrados” no contemplan jornadas irregulares, ni turnos partidos, ni teletrabajo real. Todo se reduce a una visión estática: horario único y presencialidad obligatoria.
  • Gestión de incidencias deficiente: El día que un empleado olvida fichar, o hay una incidencia de red, prepárate para el sudoku.
  • Complejidad para la adaptación legal: Entra una nueva normativa (por ejemplo, la reducción de jornada a 37,5 horas semanales) y el software... se queda esperando a que lo reemplacen.
Si tu sistema solo sirve para sacar un archivo PDF en caso de inspección, estás perdiendo horas de RRHH cada día.

El impacto negativo en la organización y el personal

En muchos casos, las herramientas cerradas terminan provocando justo lo que queríamos evitar: desconfianza, presentismo, conflictos sobre las horas y dudas constantes sobre la veracidad de los datos. El resultado: más trabajo para equipos de personas y nóminas, menos foco en el crecimiento y mayor riesgo de sanción por pequeños errores.

El caso del presentismo y la productividad

Según datos recientes, más del 56% de las empresas españolas aún registran presentismo, y la flexibilidad laboral todavía es un tabú para la mayoría. Cuando un sistema no ayuda a conciliar o a gestionar el tiempo de manera realista, solo alimenta la desmotivación y la pérdida de talento.

¿Por qué el control horario debe ser flexible, digital y abierto?

He aprendido por las malas (a raíz de varias inspecciones y alguna sanción) que solo los sistemas digitales, flexibles y abiertos permiten cubrir todos los frentes:

  • Aseguran el cumplimiento normativo… sin depender de la “buena fe” de nadie
  • Permiten adaptarse de verdad a turnos partidos, teletrabajo, horarios internacionales y políticas mixtas
  • Favorecen la conciliación personal y profesional
  • Eliminan el presentismo y minimizan el riesgo de absentismo
  • Dan visibilidad y ayudan en tiempo real a managers y a toda la organización

Funcionalidades que importan (y que pide cualquier equipo humano moderno)

  • Registro de jornada automático, sin fricciones ni pasos intermedios
  • Geolocalización inteligente y validación de lugar de fichaje
  • Integraciones reales con sistemas empresariales (Active Directory, ERPs, SSO, CRMs, etc.)
  • Gestión de vacaciones, turnos, calendarios y solicitudes desde cualquier lugar
  • Alertas y notificaciones en tiempo real para fichajes, anomalías e incidencias
  • Generación automática de informes auditables y ajustados a la normativa
No es solo cumplir la ley. Se trata de dar autonomía real a cada persona, y a la vez tener datos fiables para líderes y managers.

Casos reales: el precio de no evolucionar

He visto de todo: empresas multadas por registros incompletos, pymes que perdieron ayudas por tener hojas de Excel llenas de errores, managers que invertían media tarde cada semana generando informes (y aún así, llegaba la inspección y sacaba los colores). Aquí algunos ejemplos concretos:

  • Empresa sancionada con 4.200 € por no registrar la jornada de un trabajador durante un año (más información).
  • Restaurante en Aragón multado con 700 € por un fichaje manual mal hecho; el error se detectó dos meses más tarde.
  • Multitud de negocios que pierden el derecho a deducciones fiscales y subvenciones por una sencilla discrepancia en la gestión de vacaciones y jornadas.

De lo cerrado a lo abierto: mi experiencia y lo que sí funciona

Mi ruptura con los sistemas cerrados fue cuestión de necesidad, no solo convicción. Cuando la presión se acumula, la solución tiene que dar respuestas; si no, acaba descartada. Estos son, en mi experiencia, los factores clave para gestionar el cambio con éxito:

  • Escucha activa: Hay que dejar de dar por hecho que la plantilla se adapta. El sistema es quien debe adaptarse a la plantilla (y no al revés).
  • Prueba y error (sin miedo): Es preferible arrancar con piloto y testar con un equipo real, que implantar “algo cerrado” para descartar después.
  • Formación y auto-servicio: Lo digital ha de facilitar a los equipos la gestión directa, sin depender de un departamento o terceros para cada incidencia.
  • Transparencia absoluta: En mi experiencia, la resistencia interna es mucho menor cuando el propio empleado puede ver, rectificar y reclamar en tiempo real su propio registro.

La visión INWOUT: lo que hemos aprendido desarrollando (y usando) un sistema abierto

Diseñamos nuestras funcionalidades precisamente porque ningún sistema cerrado nos solucionaba nada. Por ejemplo, la integración automática con Active Directory es clave: en un par de clics, tienes sincronizados todos los usuarios sin que RRHH tenga que andar creando usuarios manualmente uno a uno.

También desarrollamos el fichaje automático con geovalla para que el control horario no sea una carga. El sistema detecta la entrada y salida sin errores, sin fricciones, y sin que el empleado tenga que hacer nada (ni recibir recordatorios absurdos para fichar).

Hemos incorporado la validación a través de SSO para que las integraciones sean limpias, sin credenciales duplicadas ni problemas de autenticación. Y, por pedido directo de managers y responsables de equipos reales, las notificaciones y alertas ya no son un “extra”: son una herramienta activa para managers, para detectar incidencias en tiempo real e intervenir solo si es necesario.

Y algo fundamental: hemos apostado por la automatización legal. El sistema convierte todos los registros en informes y ficheros personalizados, listos para auditoría o inspección, cumpliendo todos los requisitos del Estatuto de los Trabajadores y del INSST.

Consejos de colega a colega: aprende de los errores de otros

  • No caigas en la tentación de “ahorrar” con herramientas improvisadas (Excel, libros, Apps genéricas). El coste a largo plazo es siempre superior.
  • Elige sistemas que escalen, que se integren y que sean auditables sin depender del informático de turno.
  • La resistencia interna desaparece cuando das acceso y transparencia: un empleado que puede ver sus propios fichajes no pelea contra el sistema, lo usa a su favor.

¿Qué esperar del futuro? Adaptabilidad, automatización y experiencia humana

La tendencia es clara: ni las inspecciones laborales, ni los departamentos de RRHH, ni siquiera los propios empleados quieren seguir trabajando bajo sistemas cerrados, rígidos y opacos. Las soluciones que triunfan son las que saben integrarse, adaptarse y ayudar realmente al capital humano.

Olvida el discurso fácil: lo digital no va de controlar a las personas, sino de que todos (vosotros incluidos) podáis trabajar mejor y vivir más tranquilos.

Epílogo: El verdadero valor del control horario es la confianza

Si algo aprendí en estos años es que el tiempo es, en realidad, la suma de confianza, autonomía y datos en orden. Las empresas que abandonan el control horario cerrado no solo evitan sanciones: logran equipos más felices, líderes informados y procesos que sí suman. Si te resistes al cambio… acabarás gestionando más dolores de cabeza de los que resuelves.

¿Tienes dudas o quieres saber cómo podría funcionar en tu organización? Yo mismo te animo a que lo pruebes y me escribas con tus conclusiones. El futuro ya no es cerrado.

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Albert Puey
CEO & Founder
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En 2025, el control horario digital ya no es opcional

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